lunes, 7 de julio de 2025

Descripción objetiva y subjetiva de las fotos del archivo familiar

Consigna: Traer 10 fotos del archivo familiar (lo más lejanas en el tiempo posible). Elegir una foto del archivo familiar, hacer una descripción objetiva y luego una subjetiva de la misma (desde un personaje que odia, aborrece o desprecia a otro).

Foto n°1

 

Descripción objetiva

La fotografía en blanco y negro muestra a dos niños pequeños posando en una playa con el mar y la orilla de fondo. 

La imagen parece ser de estudio fotográfico de playa, con un marco blanco que incluye el nombre "Foto Masis" y "Mar del Plata 1955".

El niño de la izquierda, de aproximadamente 9 años es rubio o castaño claro y tiene su brazo derecho apoyado sobre el hombro del otro niño. Viste una malla de baño oscura, tipo short. Sus pies están descalzos sobre la arena, que se ve compacta y húmeda. Su expresión es una leve sonrisa, mirando directamente a la cámara.

El niño de la derecha, de edad similar, es morocho. Su brazo izquierdo rodea la cintura del niño de la izquierda. También usa una malla de baño oscura similar. Está apoyado en una de sus rodillas, con los pies descalzos en la arena. Su mirada es más directa y su expresión es neutra, casi seria.

Detrás de ellos, se distingue la línea de la orilla con pequeñas olas rompiendo y, más al fondo, el horizonte marino bajo un cielo claro. La luz sugiere un día soleado.


Descripción subjetiva(desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia al amigo de mi papá, el niño de la derecha)


Observo esta imagen, un fragmento congelado de aquel verano del  55´. Allí está él, inconfundible, el mismo de siempre. Desde tan joven, ya mostraba esa inclinación a la cercanía excesiva, esa necesidad de afianzarse en el otro. Su brazo sobre la cintura de mi padre, una posesión precoz, casi una declaración de dependencia. Mi padre, con esa bondad tan suya, tan inherente, permitiendo esa intromisión. Es irónico cómo el sol de Mar del Plata, tan radiante ese día, parece iluminar su figura, dándole un aire de inocencia que siempre fue una fachada. Recuerdo bien cómo esa apariencia serena, casi ingenua, contrastaba con la verdadera naturaleza que uno, con el tiempo, llegó a comprender. Siempre buscando un punto de apoyo, una sombra donde guarecerse, utilizando la proximidad de los demás para sus propios fines. Esta fotografía es un recordatorio visual de esa dinámica, una pequeña pieza que confirma lo que con los años se volvió tan evidente. La escena, en su aparente candidez, me evoca una persistente sensación de desagrado.


Foto n°2



Descripción objetiva

La fotografía en blanco y negro muestra a un grupo familiar compuesto por adultos y niños, posando al aire libre, presumiblemente en un patio o jardín. La composición sugiere una reunión o evento familiar.

En el lado izquierdo, una niña pequeña de unos pocos años, con el ceño fruncido, viste un vestido claro. Es tomada de la mano por una mujer joven, su madre, que está de pie detrás de ella. A la izquierda de la mujer, y sentada, se encuentra un hombre de edad madura, con vestimenta formal. A su derecha, una niña de pelo oscuro corto, está de pie.

En el centro de la imagen, otra mujer de pie, más alta y con vestimenta clara, se destaca por su ubicación central. A su derecha, se observan varios niños de distintas edades, algunos de pie y otros sentados, con diversas expresiones. Una mujer mayor, posiblemente la bisabuela, se encuentra sentada en el lado derecho de la foto.

Al fondo, se aprecian elementos de vegetación y una pared oscura, sugiriendo un entorno doméstico. La luz indica que es un día claro. En el extremo superior derecho, se distingue la figura de un perro pequeño.


Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia a la tía Mary, la mujer de pie en el centro)


Ahí está, la gran matriarca en ciernes, en el centro de todo, como siempre: Mary. Con esa pose erguida, casi desafiante. Como si desde ese momento ya estuviera consciente del peso de su "posición" como la mayor de doce hermanos. Qué ironía, una docena de almas para controlar, para dirigir, para dictar. Y ella, tan pulcra, tan imperturbable, observando todo con esa mirada de quien todo lo sabe y todo lo juzga. 

La veo ahí, entre la multitud familiar, pero destacándose. Eclipsando incluso a los ancianos y a los pequeños. Mi madre, a su lado, tan pequeña y vulnerable, con el ceño fruncido, como si ya entonces intuyera la carga que implicaría crecer bajo esa sombra. Me resulta inquietante ver cómo se erige, casi como un monumento a su propia importancia. Esa fotografía encapsula perfectamente la dinámica familiar, donde su figura siempre fue el punto gravitacional, el eje inamovible alrededor del cual todos los demás debían orbitar. Un recordatorio visual de una autoridad autoimpuesta, de una presencia que, para algunos, siempre fue más asfixiante que protectora.


Foto n°3 



Descripción objetiva


La fotografía en blanco y negro muestra a tres personas en lo que parece ser un evento nupcial, posando junto a la puerta abierta de un automóvil. La composición sugiere que los sujetos están a punto de salir o de entrar a dicho automóvil.

A la izquierda, un hombre joven, el padrino. Viste un traje oscuro formal con corbata y camisa clara. Tiene un bigote fino y su mirada está dirigida hacia adelante, con una expresión seria. Su mano izquierda sostiene algo que parece ser un objeto que no se logra identificar que comparte con la novia.

En el centro, la novia, de tez clara y vestida con un traje blanco que incluye velo y corona, lleva un ramo de flores claras en sus manos. Su expresión es también seria con la mirada dirigida hacia el frente y el ceño relajado.

A la derecha de la novia, y a una altura menor, se encuentra una niña pequeña con un vestido blanco de ceremonia junto a medias y zapatos claros. Lleva el cabello corto y rubio. Su expresión es de ligera incomodidad o timidez, con la mirada un poco sorprendida al parecer y una postura algo encorvada.

El fondo muestra vegetación, posiblemente árboles o arbustos y parte de la estructura del automóvil.


Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia al padrino, el hombre de la izquierda)

Ahí están. No puedo evitar que me invada una sensación de fastidio al verla. Él erguido con esa pose de importancia forzada, como si el traje le confiriera una autoridad que nunca tuvo por sí mismo. Ese bigote, una declaración de presunción y esa mirada tan estudiada, tan vacía. Siempre le vi esa falsedad en la compostura. Esa rigidez que no era de dignidad, sino de una carencia de naturalidad. ¿Qué sostenía con tanto fervor? Seguramente algo que lo hiciera parecer más trascendente de lo que realmente era. Y ella, la novia con esa expresión lánguida, casi de resignación. Me pregunto si ya entonces percibía la carga que implicaría unirse a una figura así. Lo más doloroso, para mí, es ver a la niña, Ana, tan pequeña y vulnerable en medio de esa escena. Con los anillos en sus manos, inocente en esa teatralidad. Su figura diminuta, casi encogida, contrasta con la rigidez de él. Esta imagen es un recordatorio vívido de una unión que siempre me pareció una farsa, con él en el centro, exigiéndolo todo con su mera presencia. Un cuadro de incomodidad forzada, de una solemnidad que ocultaba tanta hipocresía.


Foto n°4




Descripción objetiva


La fotografía a color y con una tonalidad cálida que sugiere cierta antigüedad, muestra un grupo de aproximadamente quince adultos posando en lo que parece ser una sala de reuniones o una oficina. Al fondo, se observan ventanas con marcos de madera y un cartel invertido con la palabra "SALA".

En el centro de la imagen, destacando por su ubicación y su mirada directa a la cámara, se encuentra una mujer joven (tu mamá), vestida con una camisa blanca, con la boca ligeramente entreabierta. A su alrededor, el resto del grupo, compuesto por hombres y mujeres de diversas edades, se distribuye de pie y sentados alrededor de una mesa larga y oscura.

Algunos de los individuos están mirando a la cámara, mientras que otros están conversando entre sí o con expresiones más relajadas. Un hombre sentado en primer plano, a la izquierda de la mesa, tiene una mano en su barbilla, en actitud pensativa. A su derecha, otra mujer sentada mira hacia la cámara.

Los demás compañeros de trabajo están de pie o apoyados, mostrando una variedad de peinados y vestimentas típicas de la época. La iluminación es interior y uniforme.



Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia al hombre de camisa clara, a la derecha de mi mamá)


Ahí está en ese ambiente de camaradería forzada, tan típico de los trabajos. Y mi madre, en el centro, con esa expresión de atención casi de ligera sorpresa, mirando hacia al frente fijamente, como si tratara de descifrar algo. Pero mi atención se desvía, inevitablemente, hacia él. El de la camisa clara. Tan cerca, con esa sonrisa que siempre me pareció una impostura. Siempre buscando posicionarse, siempre gravitando alrededor de quienes tenían alguna luz propia. Su pose relajada en apariencia, me resulta una clara muestra de desinterés genuino, disimulado por una falsa jovialidad. Los demás, compañeros sin más, cumpliendo con la formalidad de la foto. Pero él, con esa actitud de "soy parte de esto" sin serlo realmente. Solo un oportunista en la periferia. Es irritante percibir cómo se adueña del espacio, como si su presencia fuese fundamental. Esta imagen no es más que un recordatorio de la clase de individuos que pululan en cualquier ambiente, buscando siempre su propio beneficio, camuflados bajo el disfraz de la cordialidad. Cada vez que la veo, reafirmo mi desdén por ese tipo de personas. 


Foto n°5 




Descripción objetiva


La fotografía en blanco y negro con un evidente deterioro por el paso del tiempo que le otorga un aire de documento histórico. Muestra a una mujer adulta y un niño pequeño de pie sobre una vereda. El fondo sugiere un entorno urbano o semiurbano, con edificios a los costados y árboles.

La mujer, mi abuela paterna Marcelina, se encuentra en el centro de la imagen. Viste un traje de dos piezas compuesto por saco y falda de corte formal. Su cabello oscuro corto con ondas parece recogido hacia a un costado. Mira directamente a la cámara con una expresión que denota seriedad o quietud. Su mano derecha parece sostener con fuerzo la mano del niño.

A su izquierda y ligeramente por delante, el niño pequeño, mi papá Juan. Viste un conjunto de pantalón corto o jardinero con una camisa clara de cuello. Mira también hacia la cámara con una expresión más aniñada, casi de curiosidad.

El entorno muestra una vereda de tierra o grava con algunas sombras proyectadas, posiblemente de los árboles o edificios. A la izquierda, se ven edificaciones bajas y a la derecha un árbol alto con poca fronda. La luz sugiere un día soleado.


Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia a la abuela Marcelina)


Ahí está ella, Marcelina. Inconfundible. Parada en esa vereda, con esa postura tan propia de quien cree dominar cada centímetro de terreno que pisa. Ese traje impecable, ese cabello en su sitio, esa mirada fija, inalterable. Siempre con esa fachada de corrección, de autoridad silenciosa que ocultaba tanto. Y a su lado, mi padre, tan diminuto, tan vulnerable, casi perdido bajo la sombra de su presencia. Es curioso cómo se le ve tan pequeño, tan ajeno a la rigidez que ella imponía a su alrededor, incluso en una simple foto. Me detengo en la forma en que ella lo toca, o lo sostiene con esa mano casi como si lo estuviera controlando, moldeándolo a su antojo desde tan temprana edad. Una imagen que, para mí, no evoca ternura, sino más bien una especie de control férreo, una influencia asfixiante que se percibe incluso a través de la distancia del tiempo. Ese día, bajo ese sol que parece indiferente, ella ya marcaba su territorio, su impronta. Y él, mi padre, apenas un niño, sin saber aún el peso de esa figura en su vida. Un fastidio observar la frialdad que proyectaba, incluso desde una postal descolorida del pasado.


Foto n°6



Descripción objetiva


La fotografía a color, con una dominante rojiza notable que le confiere un aspecto vintage, muestra a un grupo de siete jóvenes sentados y posando para la cámara en un ambiente interior, posiblemente una casa o un local social. La iluminación es artificial y cálida.

De izquierda a derecha, se observa a un joven con traje y camisa clara, cuya expresión es más seria. A su lado, un segundo joven viste una camisa clara y una corbata desajustada, con una sonrisa. Le sigue una joven (Zulema), sentada, con cabello oscuro y un suéter de rayas horizontales, mirando directamente a la cámara con una leve sonrisa.

En el centro del grupo, un joven abraza a una joven de cabello rubio (Elvira), ambos con sonrisas distendidas. A la derecha de Elvira, otra joven también rubia, sonríe ampliamente a la cámara. Finalmente, en el extremo derecho de la imagen, se encuentran dos jóvenes: uno con una camisa a cuadros clara (Jorge) y, otro a su lado (Roberto). Ambos con expresiones amigables.

El fondo es oscuro y poco definido, lo que concentra la atención en las figuras de los jóvenes. La foto parece capturar un momento de ocio o reunión social.



Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que reprocha que no incluyeran a tu mamá en la foto)


Observo esta imagen y la familiaridad de los rostros de mis tíos maternos es innegable. Ahí están, todos ellos, en lo que parece un momento de ligereza y camaradería. Zulema, con su suéter de rayas. Elvira, con su cabello claro, incluso Jorge y Roberto al final. Los veo sonreír, compartir ese espacio, esa atmósfera. Pero al contemplarlos, la ausencia es palpable. La ausencia de mi madre. ¿Cómo es posible que en una reunión familiar como esta, entre hermanos, ella no figure? Cada risa capturada, cada gesto de complicidad entre ellos, se convierte en un recordatorio de esa omisión. No es un olvido casual, es una elección; un acto que la dejó fuera de ese fragmento de historia, de ese instante compartido. Es desolador constatar cómo la dinámica familiar, aun en sus manifestaciones más triviales, puede dejar a alguien al margen. Esta foto más que un retrato de la juventud de mis tíos, se convierte para mí en un testimonio de una exclusión sutil, pero innegable, que se perpetúa en el tiempo a través de esta imagen. Me genera un profundo malestar que ella no esté allí, formando parte de ese recuerdo, de ese instante que sus hermanos sí pudieron capturar.


Foto n°7 




Descripción objetiva 


La fotografía a color con una marcada dominante rojiza/anaranjada que sugiere iluminación ambiental o el paso del tiempo, muestra una escena animada en un evento nupcial, centrándose en el corte de la torta. El ambiente es festivo y concurrido.

En el centro de la imagen, los novios, Lidia (tía política) y Jorge  (tío materno), están de pie junto a una gran torta de bodas de varios pisos, decorada con adornos. El novio, con traje oscuro, sostiene uno de los lazos listo para tirar mientras la novia, con vestido nupcial y velo, está a su lado.

Alrededor de la torta y de los novios, un grupo de jóvenes y adultos se agolpa, extendiendo tiras de tela o cintas que parten de la torta. Algunos de ellos miran a la cámara, otros observan a los novios o interactúan entre sí. Las expresiones faciales son de alegría, curiosidad y expectación.

El fondo es oscuro y poco definido, con decoraciones festivas y el público de la celebración. La iluminación proviene principalmente de la escena central.


Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia a Lidia, tía política)


Ahí está ella, Lidia, en el centro de todo, como siempre, acaparando las miradas en su gran día. Con esa sonrisa que nunca me pareció del todo genuina y esos ojos que siempre creí que calculaban más de lo que expresaban. La veo con mi tío Jorge, ambos cortando esa torta, rodeados de toda la parafernalia nupcial. Qué ironía, tanta dulzura exterior para ocultar lo que, para mí, era una esencia completamente diferente. Me molesta esa pose de "novia ideal", esa teatralidad en un momento que debería ser sincero. Y mi tío, ajeno, o quizás cómplice, de esa puesta en escena. Los demás, a su alrededor, participando con esas cintas, en esa tradición que parece querer unir a todos, cuando en realidad ella, desde mi perspectiva, siempre fue una fuerza divisoria. Esta imagen para muchos será un símbolo de unión y felicidad, pero para mí es un recordatorio de la entrada de una figura que, a mi juicio, alteró la armonía preexistente. Es un fragmento de un día que, aunque festivo, siempre percibí con una nota discordante, personificada en su figura central. La veo y confirmo lo que siempre intuí.


Foto n°8




Descripción objetiva


La fotografía a color, con un notable deterioro que le da un aspecto desgastado y antiguos toques de color rojizos y violáceos. Muestra a tres mujeres jóvenes dentro del mar con el agua y las olas rompiendo a su alrededor. El cielo se ve en el fondo.

En el centro de la imagen, una mujer (mi mamá, Ana) viste una malla enteriza de color rojo intenso. Tiene el cabello oscuro y una expresión sonriente, mirando directamente a la cámara. Sus brazos están ligeramente extendidos a los costados.

A su izquierda, una de sus amigas de tez más clara lleva una bikini estampada con rayas. También sonríe a la cámara con una expresión alegre. Su cabello es oscuro y ligeramente ondulado.

A la derecha de tu mamá, la otra amiga de tez más oscura viste una malla enteriza estampada con figuras geométricas o florales. Su cabello es oscuro y rizado, y su sonrisa es amplia y vivaz, mirando también a la cámara.

Las tres mujeres están inmersas en el agua hasta sus rodillas con olas espumosas rompiendo a su alrededor. Más al fondo, se observan otras figuras humanas difuminadas en el mar. La luz sugiere un día soleado de playa.


Descripción subjetiva (Desde la perspectiva de alguien que odia/desprecia a la amiga de la derecha de mi mamá, la de la malla estampada)


Aquí está, esa escena de la playa. Mi madre, Ana, en el medio, con su malla roja, con esa sonrisa tan suya, tan espontánea. Siempre fue así, luminosa en cualquier contexto. Pero mi mirada se desvía inevitablemente hacia ella, la de la malla estampada a su derecha. Con esa sonrisa exagerada, casi forzada, como si quisiera devorar la cámara con su alegría impostada. Siempre con esa necesidad de ser el centro de atención, de eclipsar, incluso en una foto tan simple. La veo ahí, con ese cabello tan… desprolijo y esa pose de desinhibición que nunca me pareció auténtica. Parecía que siempre se esforzaba demasiado por ser lo que no era. Mientras mi madre irradia una alegría natural. Ella con su risa ruidosa, con su presencia abrumadora, parece competir por cada pizca de luz. Esta imagen no es más que un recordatorio de la superficialidad que, en mi opinión, siempre la caracterizó.



Foto n°9





Descripción objetiva


La fotografía a color, aunque algo desteñida por el tiempo, muestra a seis personas reunidas en un entorno arbolado. Probablemente, un parque o un camping. En la fila de atrás, de izquierda a derecha, se distingue a una mujer joven de cabello castaño claro y gafas oscuras, vestida con un chaleco oscuro sobre una camisa blanca (mi madre, Ana). A su lado, un hombre de cabello oscuro y bigote incipiente viste una campera deportiva oscura con detalles claros en los hombros. La tercera persona de atrás es un hombre joven de cabello oscuro, con un buzo oscuro de cuello alto. 

En la fila de adelante, sentados en lo que parecen ser escalones de cemento, hay tres personas. A la izquierda, una mujer joven de cabello oscuro y ondulado lleva un suéter azul sobre una camisa clara y pantalones oscuros. Está siendo abrazada por la mujer sentada a su derecha, quien tiene cabello oscuro y corto, y viste una remera blanca de mangas cortas con unos vaqueros oscuros. El hombre sentado a la derecha tiene el cabello oscuro y corto. Lleva una remera a rayas horizontales azules y blancas con unos pantalones oscuros. Todos miran hacia la cámara con expresiones relajadas y sonrientes, aunque algunas son más tímidas que otras. Detrás de ellos, se observan varios árboles altos y, a la derecha, parcialmente visible, una camioneta Ford antigua de color claro estacionada sobre un terreno de tierra y pasto.


Descripción subjetiva (desde la perspectiva del hermano menor celoso de uno de los amigos "cool" de su hermana)


Ahí están los "geniales" del grupo de mi hermana mayor. Ella haciéndose la importante, abrazando a la otra como si fueran íntimas amigas de toda la vida. ¡Si supiera lo que realmente pensaba de ella! Y ese de al lado, con esa remera a rayas que se creía canchero. Seguro que le gastó toda la plata del pobre viejo en esa porquería. Siempre tratando de hacerse el galán. Y mi hermana, embobada con todos ellos, como si fueran estrellas de rock. Yo acá, siempre a un costado, mirando cómo se divertían sin invitarme. Ese día en el parque... lo recuerdo perfecto. Yo quería ir a jugar a la pelota y ella se fue con estos. ¡Con razón después terminó con el más aburrido de todos! Mirándolos ahora todos tan sonrientes, me da un poco de pena ajena. Se creían lo más, pero el tiempo les mostró otra cosa. Igual, en esa época, los odiaba a todos un poco. Especialmente, al de la camioneta que seguro era el que tenía el mejor chiste malo para contar.



Foto n°10




Descripción objetiva


La fotografía de formato rectangular y a color parece haber sido tomada en un espacio exterior techado, posiblemente una galería, dada la presencia de columnas y una estructura de techo visible en la parte superior. La luz sugiere un día claro, aunque no se aprecian sombras marcadas que indiquen luz solar directa. En primer plano, se observa una mesa de madera plegable con una silla vacía a la izquierda. A la derecha de la mesa, hay tres personas sentadas. Sobre la mesa, se distinguen varias botellas de cerveza, vasos y lo que parecen ser platos o recipientes.

En el centro de la imagen, sentados alrededor de la mesa, se encuentran tres individuos. A la derecha de la imagen, una mujer con cabello rizado y oscuro, vestida con una camisa oscura que está ciertamente inclinada. A su izquierda, se encuentra un hombre, ubicado en el centro de la composición. Tiene cabello castaño claro y lleva una camisa a cuadros. A su vez, mira directamente a la cámara con una ligera sonrisa. A su izquierda, el segundo hombre con cabello oscuro y una camisa oscura, también mira hacia la cámara con una expresión tranquila.

Al fondo, se distingue un colectivo de pasajeros de color claro estacionado, lo que sugiere un contexto de viaje o una parada en ruta. Detrás del colectivo, se puede ver parte de una edificación de baja altura. La imagen presenta una calidad ligeramente granulada y los colores están un poco desaturados, características comunes en fotografías de época.


Descripción subjetiva (desde el punto de vista de un pasajero del colectivo que detesta el viaje y la espera)


¡Dios mío, otra parada! ¿Es que nunca vamos a llegar? Ahí están, los tres: sentados como si tuvieran todo el tiempo del mundo, riéndose y bebiendo sus cervezas. Especialmente, esa mujer de la derecha con esa sonrisa despreocupada, como si no tuviera que preocuparse por nada. Y los dos de al lado, sus sobrinos, seguro que le están dando la razón en todo, como siempre. Me tienen harto con sus anécdotas interminables y sus risas ruidosas que se cuelan todo el colectivo.

Este viaje es un suplicio. El sol pegando en la ventana, el asiento incómodo y, ahora, esta espera eterna mientras ellos se toman su tiempo. El conductor, seguro que está adentro con ellos, charlando y perdiendo el tiempo. ¡Podrían al menos apurarse! Odio estas paradas innecesarias. Odio la forma en que se relajan mientras uno está acá: atrapado, contando los minutos para llegar a destino. Ojalá, se les caigan las botellas y se les arruine el día. Solo quiero que arranquemos de una vez y que se acabe esta tortura.

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